Quiero, ante todo, pedir disculpas al presidente Luis Abinader. Jamás lo amenazaría ni me atrevería a actuar en su contra. Lo que dije fue una repetición de palabras de Iván Feliz, quien aseguraba tener mucho poder y que el presidente supuestamente tenía una deuda con él.
Iván Feliz me prometió sacarme de una vida de humillaciones a cambio de que dejara de hablar de él, que apagara el tema de Gory Molla, y que revelara información íntima sobre Faride Raful, con el objetivo de allanar el camino para la aprobación de la llamada “Ley Mordaza”.
Asumo la responsabilidad de mis actos y estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias legales. Pero es importante dejar claro que quien planificó y me instruyó en todo esto fue Iván Feliz.